Así lo especifica claramente en el contrato de licencia de dicho programa. Al aceptar los términos y condiciones, el usuario se compromete a, entre otras cosas, “no usar el Software Apple con ninguna finalidad prohibida por la legislación estadounidense, incluyendo, con carácter meramente enunciativo y no limitativo, el desarrollo, el diseño, la fabricación o la producción de misiles o armas nucleares, químicas o biológicas”.
Ya sabéis, jóvenes terroristas, si planeáis construir una bomba anticontinental, nada de usar iTunes para ello. Aunque tampoco tenemos ni idea de cómo os podría servir para tal fin.